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lunes, 16 de abril de 2012

Análisis de EL JARDINERO FIEL


EL JARDINERO FIEL: ¿UNA LUCHA DE PODER E INFLUENCIAS?
Byviana Rangel Martínez

Ficha Técnica
·         Título: The constant Gardner
·         Actores: Ralph Fiennes (Justin Quayle), Rachel Weisz (Tessa Quayle), Danny Huston (Sandy Woodrow), Bill Nighy (Sir Bernard Pellegrin), Pete Postlethwaite (Lorbeer), Bernard Otieno Oduor (Jomo), Donald Sumpter (Tim Donohue), Hubert Koundé (Dr. Arnold Bluhm).
·         Director: Fernando Meirelles
·         Guionista: Jeffrey Caine
·         Productores: Simon Channing-Williams y Archie Panjabi
·         Fotografía: César Charlone
·         Música: Alberto Iglesias
·         Nacionalidad: Reino Unido
·         Año: 2005
·         Género: drama
Sinopsis
El jardinero fiel, es una adecuación cinematográfica de la novela homónima de John Le Carré (2001), dirigida por Fernando Meirelles.[1] La película presenta una bella historia de amor entre un diplomático británico serio y aburrido - Justin Quayle - y una mujer dinámica y comprometida - Tessa Quayle -.
Sin embargo, la historia de película se desarrolla con el asesinato brutal de Tessa Quayle - disfrazado como un crimen pasional - en el norte de Kenia; y con la inesperada desaparición del Dr. Arnold Bluhm, médico local de la región,  que estuvo  acompañando a Tessa en sus investigaciones.
A pesar de todos estos sucesos y de los rumores de una supuesta infidelidad, el amor de Justin y los  recuerdos de la relación lo llevan a intentar comprender la verdadera razón del asesinato de Tessa, a querer limpiar  su nombre y a terminar la investigación que su mujer comenzó..
De esta forma, Justin Quayle descubrirá con horror, que la muerte de su esposa está vinculada con una denuncia que se pensaba realizar sobre el trabajo de una multinacional farmacéutica en Kenia. Pero lo más sorprendente, es que Justin comprobará que el gobierno de Gran Bretaña y de Kenia, están implicados; y que el fármaco Dypraxa, medicamento contra la tuberculosis, está siendo probado sobre la población de Kenia, a pesar de sus fatales consecuencias.
Crítica
El jardinero fiel, es una película que hace un llamamiento de la realidad que enfrenta el continente africano, y que denuncia la doble ética de la industria farmacéutica, ya que, en la actualidad muchas de estas multinacionales se atreven a poner en el mercado medicamentos  que no  están suficientemente testados, para ganar más dinero.
Ahora bien, dándole a la película un enfoque orientado hacia la sociedad civil y no al aspecto moral, se puede destacar dos dimensiones de la acción colectiva: la política de la influencia (de la sociedad civil en la sociedad política) y la política de identidad (el enfoque en la autonomomía, la identidad  y la democratización de las relaciones sociales por fuera del sistema de organización político)[2]
Esta política de búsqueda de influencias, se puede observar en “El jardinero fiel”, cuando los actores de la sociedad civil luchan constantemente por ser incluidos y por obtener poder en el sistema de organización política. Igualmente, esta lucha les permite: 1) cimentar nuevas identidades, 2) persuadir y presionar los actores poderosos del sistema para que reformar o implementar nuevas políticas,  3) fundar espacios democráticos tanto en la sociedad civil como en la política para la acción social autónoma, 4) transformar sus discursos y 5) reconstruir las instituciones.
Por otro lado la segunda dimensión, política de identidad,  se fundamenta en la conducta defensiva de los actores que se resisten a ser ignorados y sometidos, pero tal vez lo más importante de esta política, es que permite la creación de nuevas solidaridades, la consolidación de repertorios fuertemente simbólicos y expresivos y la democratización de la sociedad civil.
Aunque todo lo anterior se ve reflejado en la película, lo que realmente está en juego en los conflictos contemporáneos no es  simplemente la defensa, la autonomía de la sociedad civil frente al Estado, o la búsqueda de influencias, sino  saber qué actores de la sociedad civil son vulnerables de sufrir represarías por parte del Estado, ya que muchas veces sus acciones van en contra de los intereses perseguidos por la sociedad política.
En este orden de ideas, los actores de la sociedad civil ahora deben esforzarse por defender y democratizar todas aquellas instituciones de la sociedad civil en que se ha se hecho visible y se ha desafiado la discriminación, la desigualdad y la dominación [3] 
Asimismo, es importante continuar el fortalecimiento de la labor desarrollada por las organizaciones internacionales, como Naciones Unidas (ONU), ya que mientras los Estados se preocupan por intereses particulares, estas organizaciones se dedican a ofrecer asistencia humanitaria, promover el intercambio cultural, defender los derechos humanos y proteger el medio ambiente. Todo con el fin de ayudar a las naciones a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, mantener la paz y la seguridad internacional, evitar todas aquellas situaciones que ponen en peligro la comunidad, y promover las relaciones de amistad entre las naciones.
Bibliografía
·      Paul Van Seters, 2008. “Approaching Global Civil Society”, en James W. St. G. Walker y Andrew S. Thompson (eds) Critical Mass. The emergence of Global Civil Society, Canada, The Centre for International Governance Innovation, pág 25 - 39
·      Jean L. Cohen y Andrew Arato, 2002. “Los movimientos sociales y la sociedad civil”, Sociedad civil y teoría política, Fondo de Cultura Económica. México, pág. 556 – 435
·      Margaret Keck y Kathryn Sikkink, 1999. “Transnational asvocacy networks in international and regional politics”, en Unesco, Blackwell Publishers, Oxford.
·      Juan Luis Cuesta Jimenez, 2006. El jardinero fiel (2005) o el desarrollo de nuevas medicinas. Universidad de Salamnca, España, pág. 96 – 101. Visto en http://campus.usal.es/~revistamedicinacine/Volumen_2_1/n3/esp_3_pdf/eljardinero.pdf
·      Las Naciones Unidas. Visto en: http://www.un.org


[1]Juan Luis Cuesta Jimenez, El jardinero fiel (2005) o el desarrollo de nuevas medicinas.  Pág 96
[2] Jean L. Cohen y Andrew Arato. “Los movimientos sociales y la sociedad civil, pág. 571
[3] Ibídem , pág. 579

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