Catherine Johanna Sarmiento Méndez
Febrero 27 de 2014
Es importante mostrar las dos
caras de una situación que resulta de vital relevancia para la sociedad como lo son las dinámicas de la iglesia
Católica y sus interacciones en la vida política de los Estados Nacionales,
especialmente en el siglo XX. De esta manera, se logra evaluar el desempeño y
efectividad que ha tenido y se pueden hacer conjeturas sobre la incidencia en
el siglo XXI. Por este motivo, se tomarán dos ejemplos antagónicos (México y
Uruguay) a través de los cuales se logra demostrar cómo las alianzas históricas
de la Iglesia con el Estado tienen especial efecto la sociedad, y que esta se
invisibiliza al trabajar con organizaciones de la sociedad civil en proyectos
de paz, pobreza y en fin los temas
conocidos como asuntos sociales.
En 19231, el
Episcopado Mexicano funda el Secretariado Social Mexicano (SSM) “como una
instancia propia encargada de coordinar organizaciones y grupos vinculados a la
Iglesia mexicana, algunos ya existentes desde principios de siglo, e inicia en
forma sistemática la acción social eclesiástica en todo el territorio nacional”
2 y se le delegan funciones como “el estudio de los problemas sociales
del país, la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, la coordinación de
las obras Sociales Católicas y la promoción de nuevos proyectos sociales de
acuerdo a los problemas sociales analizados” 3.
Por motivos sustanciales resulta
importante conocer las relaciones que han tenido la Iglesia y el Estado
mencionando que desde 1958, la Iglesia Católica Mexicana ha sostenido una
conexión especial con el Estado debido a que invitaba a sus fieles a colaborar
con éste dado que era consciente del esfuerzo que hacía el gobierno por el
trabajo social y su preocupación por los más necesitados4. La
organización creada por el Episcopado Mexicano, sin embargo, tuvo una visión
más objetiva y crítica frente a las actividades y alianzas que tenía la Iglesia
con el gobierno. De hecho, el SSM a través de la publicación de varios
documentos durante los años 1965-1973 realizó fuertes críticas a los obispos,
al sistema político (directamente a la institución presidencial) y económico, mencionando
la corrupción, opresión e injusticia al interior de la Iglesia y dejando en
evidencia la radicalidad de su discurso frente a la relación existente del
Estado y la Iglesia5 Sin
duda, desde esta entidad sin ánimo de lucro u organización de la sociedad
civil, se empezaba a ejercer un control, se empezaba a mostrar una situación
problemática: se denunciaba.
Además, viendo el gran
descontento social por la falta de un sistema lo suficientemente democrático a
nivel político y social, en el cual los ciudadanos pudieran tener una
participación más activa frente al destino de la nación, el SSM promovió la
creación de instituciones organizadas que les permitieran a los individuos de
los sectores más bajos de la población, participar en la vida económica,
cultural y social, lo cual deja ver el afán de esta organización por crear
numerosas agrupaciones que sirvieran de medidas alternativas a la Iglesia
debido a su desconfianza y radicalidad frente a ésta. Así mismo, apoyaba la
instauración de organizaciones o cuerpos intermedios que sirvieran de puente de
comunicación entre el Estado y la sociedad civil, dejando en evidencia su
visión frente a la Iglesia, institución que no representaba un mecanismo a
través del cual la sociedad civil pudiera expresarse frente al gobierno.
Por otra parte, el caso
uruguayo, resulta ser totalmente opuesto al mexicano dado que el trabajo era
más transparente. Era de conocimiento público el nexo entre las organizaciones
de la sociedad civil OSC y la iglesia y era público el trabajo conjunto por el
progreso de la población y el avance de la acción social. Razón de un hecho tan
envidiable como éste, fueron las mínimas relaciones existentes entre la iglesia Católica y el Estado debido que
Uruguay se caracterizó por ser un país basado en la secularización y la
laicidad. Por este motivo, el gobierno uruguayo a principios del siglo XX y
hasta la década del 70 se constituyó como un Estado de Bienestar a través del
cual pasaba a cubrir la prestación de la mayoría de los servicios sociales,
minimizando así, el papel de la Iglesia. Sin embargo, en la década del 70 se
presentó un debilitamiento frente a dicha prestación de servicios y es en este
punto donde la intervención de la Iglesia en políticas sociales empieza a
cobrar importancia. No obstante, debido a la ruptura de relaciones entre la
Iglesia y el Estado que caracterizaba a Uruguay, el gobierno promovió una serie
de políticas anticlericales donde pretendía sustituir las costumbres religiosas
por símbolos rituales de la sociedad. Dicha situación, incentivó a la Iglesia a
instaurar una “Acción católica” que le permitiera fortalecerse al interior con
el fin de hacerle frente a una sociedad y un Estado totalmente incompatible con
la Iglesia. Sin embargo, “Una nueva concepción sobre la acción social de los
cristianos, ahora iluminada por el Concilio Vaticano II, más el desarrollo de
las Encíclicas Sociales y el impacto de los Concilios Latinoamericanos, le
permitirá a la Iglesia uruguaya fortalecer su Pastoral Social, y con ello,
reorientar su participación hacia nuevos criterios teológicos y sociológicos
que le darán un sentido distinto a su acción”.6
En este orden de ideas, se
crearon varias OSC entre las cuales se encuentran: “Juventud Obrera católica”,
“Juventud Estudiantil Católica”, “Juventud Agraria Católica”, entre otras.
Dichas OSC de la mano de la iglesia permitieron que se restaurara la posibilidad
de comunicación de esta última con la sociedad y el Estado, pero siempre
manteniéndose como instituciones independientes, lo cual le permitió a la Iglesia
desempeñarse en su papel de protección social. Además, gracias a esto se dio
una participación generalizada a nivel político, social y religioso de los
diversos actores a nivel local y nacional.7 De esta manera, el
gobierno incluyó en varias de sus políticas la opinión de la sociedad civil,
donde claramente la Iglesia con sus organizaciones están incluidas. De hecho,
“hoy son numerosos, por ejemplo, los convenios entre comedores, policlínicas y
guarderías infantiles gestionadas por integrantes de la Pastoral Social, y
diversas instancias del Estado, sobre todo el Instituto Nacional del Menor, el
Instituto de Alimentación y las Intendencias Municipales.”8
Finalmente, se adiciona el
hecho de que las organizaciones de la Iglesia con su Pastoral Social no sólo
han aportado a la dimensión social del país, sino que además, han realizado
esfuerzos en la constitución de programas de fortalecimiento a nivel económico,
monetario y empresarial. Lo anterior, demuestra las intenciones genuinas de los
colaboradores y voluntarios que hacen parte de estas organizaciones de
colaborar con el progreso del país brindando lo mejor de sí mismos. Por este
motivo, se resalta que el desempeño de la Iglesia ha sido totalmente opuesto en
los países analizados. Las relaciones entre el Estado y la Iglesia han sido un
factor determinante para explicar la conexión existente entre las OSC y la
jerarquía católica, debido a que si bien en el caso mexicano, el SSM fue creado
como una organización encargada del ámbito social de la Iglesia, éste a través
de los años fue radicalizando su discurso frente a las actividades de la
jerarquía católica, demostrando su antagonismo hacia ésta. Por el otro lado, el
caso uruguayo demostró que desde el principio, la secularización sirvió de base
para la creación legítima de las OSC que sirvieron de apoyo a la Iglesia
católica y las cuales aportaron desde los inicios de su creación una esfera de
servicio y emprendimiento de acciones sociales para la población.
A través de lo anterior, se puede
ver que el poder de la iglesia no se limita a lo religioso, sino que tiene
incidencias en el Estado, el gobierno y que a través de entidades sin ánimo de
lucro u organizaciones de la sociedad civil logra impactos en la sociedad
haciendo trabajo de promoción social para ayudar a erradicar los problemas que
se presentan en los territorios.
Notas al pie
1 Escontrilla
Valdez, Hugo Armando, 2009. “El catolicismo social en la Iglesia Mexicana”, p.
146 (en línea), disponible en:
http://148.206.107.15/biblioteca_digital/estadistica.php?id_host=6&tipo=ARTICULO&id=5808&archivo=8-385-5808tqo.pdf&titulo=El%20Catolisismo%20social%20en%20la%20iglesia%20mexicana,
recuperado: 16 de febrero de 2014.
2 “Historia del
Secretariado Social” (2010), (en línea), disponible en: http:
//rojoynego.blogspot.com/2010/11/historia-del-secretariado-social.html,
recuperado: 16 de febrero de 2014.
3 CENCOS:
Comunicación para el cambio social (2 de octubre de 2013), “Invitación a
Conferencia de Prensa: Foro en el 90° Aniversario del Secretariado Social
Mexicano A.C., al Servicio de la Sociedad Civil” (en línea), disponible
en: http: //cencos.wordpress.com/2013/10/02/invitacion-a-conferencia-de-prensa-foro-en-el-90-aniversario-del-secretariado-social-mexicano-a-c-al-servicio-de-la-sociedad-civil/,
recuperado: 16 de febrero de 2014.
4 Escontrilla
Valdez, Hugo Armando, 2012. “Iglesia católica y sociedad civil: tensiones y
rupturas”, No. 38, Política y Cultura, Universidad Autónoma Metropolitana,
México. Biblioteca digital, p. 70 (en línea), disponible en:
http://148.206.107.15/biblioteca_digital/estadistica.php?id_host=6&tipo=ARTICULO&id=8769&archivo=8-609-8769txn.pdf&titulo=Iglesia%20cat%C3%B3lica%20y%20sociedad%20civil:%20tensiones%20y%20rupturas,
recuperado: 16 de febrero de 2014.
5 Ibid., p. 83.
6 Guerra, Pablo
(s.f), “Iglesia Católica y Tercer Sector en Uruguay: Avances para una
comprensión histórico – sociológica de su acción social” (en línea), disponible
en: http://new.lasociedadcivil.org/docs/ciberteca/guerra.pdf, recuperado: 22 de
febrero de 2014.
7Ibid., p.16.
8Ibid., p.17.
A lo largo de este artículo se ve claramente el papel de la iglesia en los dos países (México y Uruguay). En Uruguay un estado de bienestar la iglesia no es intervencionista ya que Uruguay satisfacía las necesidades de la población uruguaya, por otro lado el caso México es totalmente distinto ya que la iglesia tiene que intervenir y aunque interviene en el estado y aun en la misma iglesia se ve la corrupción. Ambos países crean organizaciones para crear un canal entre la sociedad civil y el estado.
ResponderEliminarLaura Alejandra Alonso Garcia
¿Qué beneficios podría traer para Colombia que la Iglesia se dedique a defender el interés del pueblo, en vez de querer hacer parte de un grupo político y tener los beneficios de las prebendas que se obtienen de manera indirecta por contribuir con estos?
EliminarComparando el papel de la iglesia y su actuación e intervención como organismo de la sociedad civil tanto en México como en Uruguay, es evidente que la separación de la iglesia y el estado (Uruguay) permitió que la iglesia desempeñara un papel más objetivo y eficiente en cuanto a la ayuda social y desarrollo de programas sociales en pro de los menos favorecidos. La pastoral social en Uruguay se enfoca de manera especial en la parte educativa tratando de inculcar a su vez los principios , la moral y la ética de la iglesia, lo cual es vital dentro del campo religioso para el desarrollo de una nación; en México la pastoral social trata de desarrollar los mismos proyectos, sin embargo, la critica situación socio-política que vive el país, y la fuerte unión entre la iglesia y el estado, generan un descontento en la población que ya no se siente representada por la iglesia.
ResponderEliminarLaura Fonseca
La iglesia Católica ha sido protagonista social en muchos Estados, no solo en el pasado, sino actualmente sigue jugando un papel poderoso de poder y dominio dentro de los gobiernos, en muchos casos silenciosamente ha participado con un rol de dominio a través de acuerdos y respaldos a los gobiernos de turno. A través de sus organizaciones internas, la iglesia Católica ha combinado la difusión de doctrina católica con un activismo que hace frente a los problemas sociales en diferentes países, lo que le ha permitido conocer y no ser ajena a las realidades que enfrenta la sociedad civil, sin desconocer que tanto los gobiernos como al mismo interior de la iglesia existen problemas como la corrupción y las injusticias. Cabe destacar que la Iglesia Católica conoce y es consciente de los diferentes los problemas sociales de las poblaciones y se ha involucrado como protagonista a través de diversas organizaciones en la búsqueda de reivindicaciones sociales para los menos favorecidos.
ResponderEliminarLaura Dimaté Gómez
El traje de gala utilizado por una institución llamada a ayudar, a servir, a ser intermediaria y parte del diario vivir de la sociedad civil, es nada más que una vil mentira. La iglesia Católica, como se ha podido demostrar a través de los siglos, ha cubierto su verdadera esencia tras una máscara de artimañas para doblegar a la sociedad, para explotar un sentimiento de fe, respeto y bondad. La iglesia ha buscado mantener su estatus por encima de las necesidades de aquellos fieles a los cuales debería brindar su servicio; el deber principal es no hacer exclusión ni diferenciación en la sociedad y lo primero que se ve dentro la institución es una explotación mediática, corrupción ideológica-practica lo cual no ejemplifica la verdadera ética y moral que debería tener esta institución que es medio entre la sociedad y el Estado. Sin embargo, es importante resaltar que a pesar de presentarse este tipo de inconvenientes, fraudes y manejos en la ejecución a la cual debe direccionarse la iglesia, existen diferentes organizaciones, fundaciones y entidades publico-privadas que de la mano con esta tratan de hacer donaciones, obras sociales y contribuciones en servicio con la finalidad de subsanar de alguna manera las grandes inequidades y diferencias sociales; Es importante resaltar que esto no se compara a la capacidad de acción que realmente debería estar ejerciendo la iglesia, de igual modo vale más algo que nada.
ResponderEliminarNicolás Camilo Sierra Robles
La Iglesia es una organización muy importante dentro de la Sociedad Civil, pues de una u otra forma representa al pueblo y sus necesidades. Sin embargo, es importante que esta organización actúe de forma independiente al Estado y sea un medio de comunicación entre la sociedad y éste. Lo anterior, se hace evidente no sólo en México y Uruguay, sino también en países como Colombia, que combina un poco de lo que ocurrió en estos países.
ResponderEliminarActualmente, la Iglesia es un medio de comunicación entre grupos al margen de la ley y el Estado, facilitando los diálogos de paz entre estos, lo cual muestra su capacidad de intervención en la sociedad civil. Sin embargo, sí miramos la historia, la Iglesia ha estado siempre ligada a la política colombiana, lo anterior se hace evidente desde la Guerra bipartidista entre conservadores y liberales en el siglo pasado y actualmente, con representantes de diferentes grupos religiosos en partidos políticos como el MIRA.
Finalmente, creo firmemente que la Iglesia es una organización independiente al Estado, y por tanto, debe comportarse como tal. Su función es diferente y se debe centrar en un trabajo social complementario al que realiza el Estado, buscando siempre en jugar un papel relevante en el país.
Andrea Carolina Salgado Delgadillo
A pesar de la importancia que tiene la iglesia dentro de la sociedad civil, ¿Es aceptable la injerencia que ha venida desarrollando esta dentro del ámbito político colombiano? ¿Es adecuado que la fe y la cercanía con el pueblo sea utilizado para fomentar caudillos, que si bien no tienen la formación para dirigir, tienen el apoyo de esta gran institución?
EliminarLa gran influencia que tiene la Iglesia católica sobre las naciones, es aprovechada por un juego de fe, en donde ésta es el vehículo a través del cual manipulan y controlaran las naciones, con una ideología que convenga a favor de ella. Hoy en día, se muestran al mundo como aliados de las organizaciones de la sociedad civil queriendo resaltar su lado amable y sensible con la humanidad para afianzar y fortalecer su verdadero propósito como lo es el de tener más fieles. La Iglesia es un negocio, aunque se crea con el fin de que no exista ánimo de lucro, entre sus objetivos principales se encuentra la captación de recursos y la frecuencia de visita de sus feligreses, puesto que cada vez es más rentable, lo que permite obtener un poder más relevante sobre la nación manifestado a través de políticas.
ResponderEliminar¿Podrá la iglesia en un futuro ser quien controle el mundo? Realmente es imposible que no exista un Estado que sea quien controle y establezca unas normas en el país que también deben ser acatadas por la iglesia. Sin embargo, ésta última trata de no demostrar sus inclinaciones e ideales a favor o en contra del gobierno, pero este siempre trata de mantenerla como aliada, pues ella mueve masas.
Tatiana Pava Bañol